Historias de blues.

Sobre el gran Muddy Waters.

El etnomusicólogo Alan Lomax descubrió a Muddy Waters en una precaria cabaña de la plantación Stovall, en las afueras de Clarksdale, una pequeña ciudad del delta del Mississippi. A fines de agosto de 1941, Lomax y el profesor de la Universidad Fisk John Work -que estaban registrando músicos del Delta para la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos- descargaron de su auto el pesado equipo portátil de grabación frente a la cabaña en la que vivía Muddy Waters.

Tras una breve presentación, en la que Lomax lo convenció de que no era un agente gubernamental que lo buscaba por contrabando de moonshine (whisky procedente de la destilación ilegal, también llamado “iluminación blanca” durante la “Ley Seca” en EE.UU); y tocó algunos acordes con una guitarra Martin que llevaba consigo para tranquilizarlo, el músico aceptó que lo grabara.

En esa espontánea y trascendental sesión, Muddy Waters grabó tres canciones: Country blues, I Be’s Troubled y Burr Clover Farm Blues, esta última acompañado en segunda guitarra por Henry «Son» Simms. Además, Lomax grabó la entrevista en la que Muddy Waters respondió preguntas sobre cómo compuso los temas, la técnica del slide y quiénes eran sus influencias, entre otras cuestiones relacionadas con lo musical.

Muddy Waters quedó realmente sorprendido cuando se escuchó a sí mismo y eso fue la llave que abrió la puerta de una gran carrera, que lo llevó, algunos años más tarde, a convertirse en el padre del blues de Chicago.

Adaptado de