EN LA RUTA DE LOS EMPRENDEDORES: ANA MARÍA MONSALVE, CREADORA DE COLA DE MONO «ALTO VOLCÁN»

Producto tradicional de las fiestas de fin de año, la cola de mono ha sido por lejos el cóctel que más consumidores ha acaparado el consumo de los chilenos en Navidad y Años Nuevo. Pero una emprendedora osornina se propuso cambiar la estacionalidad y nadar, literalmente, contra la corriente. Ana María Monsalve creó Alto Volcán, una cola de mono de receta familiar y con calidad superior que ella se ha propuesto instalar como una alternativa para todo el año. Y aunque no fue fácil al principio, el tiempo le ha ido dando la razón. Desde su planta productora en la comuna de Puyehue, muy cerca de Pilmaiquén, en la ruta 215, Ana María ha ido poco a poco conquistando el mercado y penetrando el mercado a contracorriente, cortando la típica estacionalidad de su producto. En La Ruta de los Emprendedores, Ana María conversó con Orlando Arévalo sobre las dificultades y los logros de este famoso cóctel.

¿Hace cuánto tiempo lanzaste este producto?

Alto Volcán nació hace ya dos años con la idea de elaborar la cola de mono. Hoy este producto ya está posicionado en el mercado local de Osorno. Ha tenido una muy buena aceptación por parte del consumidor porque es un producto atractivo y que hoy lo encuentras diferenciado de los otros productos industriales que uno puede hallar.

Uno asocia el cola de mono inmediatamente a Navidad…

Nuestro proyecto es precisamente quitar la estacionalidad. Obviamente en Navidad uno quiere consumir un producto con una receta tradicional con algún picoteo. Esta es una receta familiar que viene de la abuela, de la mamá, que ellas siempre preparaban en esas fechas pero que el resto del año no lo tenías por costumbre o porque la cultura de nosotros no nos hace tenerlo en la mesa. Así nació la idea: ¿y por qué no tener este exquisito cóctel?

En la zona somos precisamente de leche y carne, pero tú le agregaste un valor agregado…

Exacto. Porque más que un cóctel chileno también tenemos esa identidad del sur de Chile. Si bien lo puedes encontrar industrializado, nosotros quisimos preparar y llevar al mercado la receta familiar y enfrentarnos a que, de repente, el público diga ‘no, no es Navidad’. Pero no. Nada es imposible.

¿Qué te llevó a echar a andar un emprendimiento?

Yo creo que todos soñamos con ser nuestros propios jefes y pocas veces nos atrevemos a generar un proyecto de negocios. Claro, con el temor de que no va a funcionar, de que nos puede ir mal, pero por ahí va la idea. Yo también trabajé en una oficina y, de hecho, ahí decidí montar una empresa. La intención fue la de aumentar los ingresos propios. Tener la independencia y manejar mis propias metas.

Mencionabas que uno tiene el miedo de perderlo todo…

Pero yo creo que esa es la gracia. Cuando no te arriesgas a hacer algo tampoco estás creyendo en lo que estás haciendo. Cuando uno empieza hay un lapso de hasta cinco años en los que no recibes ganancias, todo es inversión. Porque si quieres hacer un proyecto formalizado hay harta burocracia por detrás. Hay harta competencia. Al sacar un proyecto, una marca, un producto con registro, con resolución, estás compitiendo también con la parte industrial, con los grandes. Potenciar tu marca y colocarla al lado de una marca nacional es atreverse y atreverse a mucho.

Cuando comentaste esta idea a tu familia ¿te apoyaron?

Sí. Es algo fundamental. Si tú tienes el apoyo de tu familia, de tus hijos, de tu esposo te decides con más facilidad. Eso no implica que si estás sola no puedas hacerlo, pero sí es fundamental. Hoy en día los logros han sido gracias al apoyo del grupo familiar que tengo. Yo, por ejemplo, me dedico a elaborar y a la parte ejecutiva, pero en la parte logística me ayuda mucho mi familia.

Cuando te lanzaste con la idea ¿te daba miedo contarla, por ejemplo? ¿Querías mantener el secreto antes de lanzarte?

Es que yo siempre he dicho que este producto no tiene secretos. Se trata de ofrecer un producto cien por ciento artesanal, casero, que todo el mundo sabe hacer. Pero hoy en día el tiempo, la oportunidad de tenerlo en la mesa es lo que yo les ofrezco.

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