La Ruta de los Emprendedores: SYCO, el «Sabor y Color» que Paulina Andrade pone a la comida

Quería crear un concepto de comida en la que el comensal se viera atraído por el color y luego experimentara el mejor sabor. Y que al mismo tiempo fuera comida saludable, pero rica. Así nació Sabor y Color, que ha ido derivando hacia su sigla SYCO, emprendimiento que partió por delivery a través de redes sociales pero que hoy están a días de abrir su local físico en calle Barros Arana a la altura de Wenceslao Ramos.  Es la creación de Paulina Andrade, diseñadora de ambientes de profesión y que encontró su pasión en la comida.

“Estudié en el Duoc en Viña, regresé el 2018, trabajé en Sodimac como diseñadora de ambientes un tiempo muy corto y la única cercanía que tuve con el ambiente gastronómico fue que ese año estuve trabajando en el negocio de comida de una amiga. Ahí nació mi inquietud por entregar comida rica” relata Paulina.

Comenta que rápidamente la vida la fue llevando hacia otro rubro. “Fue un renacer para mí, porque tengo otra profesión y tuve también otro hobby que era de otro rubro, pero opté por la comida en pandemia porque estaba mucho en casa. El osornino es bueno para comer comida rápida, pero generalmente más chatarra, más grasosa. Entonces pensé qué podía ser y me lancé con estos productos. Empecé con muy poquito y solamente bowls saludables. Ese es el foco de la cocina” comentó.

Rico, sabroso y….. ¿saludable? Eso mismo. “Que sea rico, sabroso. Si hay color tiene que haber sabor. Nuestro foco es la comida rica, saludable, nutritiva, pero el negocio fue creciendo y nuestros clientes fueron haciendo más peticiones de otras cosas. Tenemos sándwich, tenemos filetitos de pollo, tenemos papas fritas. Pero a pesar de que es frito, la gente no lo siente grasoso, pesado” cuenta Paulina.

Por eso aventura que no hay que encerrarse en pre concepciones o ideas fijas. Invitó a quienes quieran emprender a atreverse, “a elegir un emprendimiento que te apasione y darle para adelante. De repente se te puede poner cuesta arriba, pero nunca bajar los brazos. A mí lo que más me ha costado quizás ha sido el tema financiero, contable y, sobre todo, delegar. Porque uno empieza haciéndolo todo, pero delegar me complicó. Lo bueno es que mis trabajadoras me captaron y hoy hacen la comida tal como si la preparara yo”.

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